Para sanar, simplemente hay que estar ahí, con todas nuestras emociones y sólo observar, relajar el sistema nervioso y dejar que todo «eso» se de dentro de nosotros, estar en completa rendición y «eso» encuentra su camino sin ningún control. Ahí llega la comprensión y por lo tanto la sanación. Esa es la VIDA. Hazlo así cada instante. Observa y deja que todo sé de sin control y estarás aprendiendo de ti mismo.
Ricardo Ponce