«Descubro cada vez más que estar vivo implica arriesgarse, actuar sin una certeza absoluta, comprometerse con la vida. Eso produce cambios, y para mi, el proceso de esos cambios es la vida.
Me doy cuenta que si fuera estable, prudente y estático viviría en la muerte.
Por consiguiente acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales, porque ése es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluida, perpleja y excitante
Carl Rogers de su libro «El camino del ser».