
Verás que la ansiedad desaparece, al menos transitoriamente. O quizás te des cuenta de que el peso de la urgencia prevalece y no tiene otra salida que obedecer o manifestar el comportamiento nuevamente.
No lo conviertas en un problema. Convierte la adicción en parte de su práctica de conciencia tal como se describió anteriormente. A medida que aumenta la conciencia, los patrones adictivos se debilitarán hasta disolverse finalmente. Sin embargo, recuerda tomar nota de los pensamientos que justifican el comportamiento adictivo, a veces con argumentos sagaces, a medida que van pasando por tu mente. Pregúntate de quién es la voz, y se dará cuenta de que la que habla es la adicción. Mientras lo sepas, mientras esté presente en calidad de observador de tu mente, es menos probable que ésta logre engañarte para que hagas lo que ella desea.
«UNA NUEVA TIERRA»
E. Tolle