Evolución: Tendencia hacia un objetivo.
Desde el instante donde defines un objetivo o una experiencia pasada, tú no eres más lo que tú Eres. No tienes que “tender hacia” porque “tender hacia” es ya poner una distancia, en relación a la experiencia, o en relación a un deseo, o en relación a una realidad. Solo el punto de vista de la personalidad te limita y te encierra, y te hace considerar lo que ha sido vivido como un objetivo. Mientras definas un objetivo (con respecto a una experiencia, aunque sea la más importante), no estás en el Instante Presente y no eres lo que tú Eres.
Mientras exista, en la conciencia, el sentimiento de una memoria, de una experiencia (incluso la más extraordinaria que sea), vives en el pasado. Porque hay un condicionamiento que viene de tus propias experiencias y que viene a alterar, realmente, la posibilidad de Ser lo que tú Eres. Toda experiencia se resume solo a un pasado o a un futuro.
Definir un objetivo, una finalidad, un fin, concernirá, siempre, a la persona. Lo que Eres, no es un objetivo. Lo que tú Eres, no tiene necesidad de ser descrito, ni puesto en imagen, ni rememorado. Si no, eso no es lo que tú Eres.