LOS PILARES DE UNA BUENA RELACIÓN DE PAREJA

1. Atracción: Para que una buena relación funcione tiene que existir algún tipo de atracción, tanto física, como emocional, intelectual y espiritual. Es la base principal de cualquier tipo de relación, y no se puede edificar ningún buen edificio sin esta base.



2. Respeto mutuo: No se puede basar ninguna relación si hay falta de respeto. Cada uno puede 
atravesar cualquier tipo de situación, algunas muy duras, y no podremos estar con esa persona si no respetamos dónde se encuentra y cómo está buscando salida a dicha situación. Además, cualquier persona tiene sus propias creencias, sus formas de relacionarse con el mundo, sus amigos, su familia, sus manías, sus hábitos, sus innumerables pensamientos con respecto a la existencia. Es necesario profundizar en ellos para conocer al otro y poder así entablar una sana relación respetuosa.
3. Confianza: El respeto debe venir acompañado inevitablemente de la confianza. Si no podemos confiar en el otro la relación nunca llegará a buen puerto. La confianza también hay que lucharla y ganarla. Si nos equivocamos mil veces en la misma piedra, podemos crear una potencial imagen de desconfianza. Pero podemos pulirla reconociendo nuestros fallos y remediándolos en el futuro.
4. Comunicación: No se puede entender una relación sin comunicación, aunque el ideal último sería una relación que no necesitara comunicarse, por poseer un entendimiento absoluto de ambos. Comunicación no significa grandes monólogos donde cada uno expresa lo que le parece. Significa atención, escucha activa y connivencia emocional, aunque se piense diferente o se tengan puntos de vista antagónicos sobre cualquier tema. Ahí precisamente estriba la riqueza del diálogo, en la aceptación de nuestras diferencias para engrandecer nuestras perspectivas.
5. Empatía: Para desarrollar una buena empatía se ha de conocer al otro, cuales son sus virtudes y cuales son sus carencias, sus puntos flojos, para así intentar entender porqué reacciona de una u otra forma ante problemas y conflictos. Además, nos facilita poder aportar visiones diferentes ante conflictos o problemas que el otro quizás no pueda ver.
6. Actualización: Las relaciones se tienen que actualizar constantemente. Sentarse a hablar de cómo uno se siente, de qué cosas habría que mejorar, o cambiar, o modificar para que todo fluyera de forma más armónica. Es algo que no se tiene en cuenta, pero toda relación necesita conocerse y actualizarse siempre.
7. Compromiso: No podemos mirar a ninguna parte sino es bajo el prisma del compromiso. Y compromiso significa apostar por algo o por alguien en cualquier tipo de reto que la vida nos ponga. Compromiso significa estar ahí, presente y firme ante los obstáculos, pero también ante las grandezas y maravillas de la vida. Compromiso no significa caminar atados, sino libres por una misma senda.
8. ¿En lo bueno y en lo malo? Sólo una pareja que ha establecido como bases sólidas el afecto, la atracción física, intelectual y emocional, la afectividad, el compromiso, el respeto y la confianza podrá prever y atravesar situaciones difíciles sin que con esto se rompa el lazo común. No sirve tener una pareja solo para lo bueno, o los buenos ratos. Ahí nos estamos engañando. Debemos aprender a caminar firmes y seguros en cualquier situación, y ayudar al otro cuanto más lo necesite. Si no hay apoyo mutuo ni cooperación, al final todo se quebrará.
9. Generosidad: La vida es relación, y relacionarnos implicar dar y recibir. Este es el principio por antonomasia de la vida, de la existencia. Un constante flujo de dar y recibir, recibir y dar. Por eso la base fundamental de cualquier tipo de relación siempre será la generosidad, tanto para poder dar como para poder recibir.
Edición: Grupo Meditación TOLETUM