MEDITAR SOBRE EL CORAZÓN por Deepak Chopra.

Siéntate cómodamente en una habitación silenciosa, a solas; escoge un momento en que no tengas prisa. El mejor es la primera hora de la mañana, cuando la mente está alerta y fresca; trata de evitar el atardecer, cuando la conciencia se prepara para dormir. Cierra los ojos y concentra tu atención en el centro del pecho, donde está el corazón. (El corazón físico está desviado hacia la izquierda, pero eso es irrelevante en este caso: el centro de espiritualidad del corazón se encuentra directamente detrás del esternón.)

Toma conciencia de tu corazón como espacio. No trates de oír sus latidos ni ningún otro sonido que pueda hacer al bombear la sangre. El centro que debes hallar es un punto de consciencia por donde entran los sentimientos. En su forma pura está vacío, lo impregna la falta de peso, la ausencia de preocupaciones, la paz y una luz sutil. Esta luz puede presentarse blanca, dorada, rosada o azul. No te esfuerces por hallar luz alguna. No trates, por ahora, de percibir la pureza del centro del corazón, sólo necesitas sentir lo que haya allí.


Permite que tu atención repose tranquilamente en ese punto, respira con suavidad y percibe el aliento que va hacia el centro del corazón. Tal vez te convenga visualizar una suave luz de de tono pastel o una frescura que invade el pecho. Deja que el aliento entre y salga; mientras tanto pide a tu corazón que te hable. No expreses esto como una orden; basta con la vaga intención de que tu corazón se exprese.


Durante los cinco o diez minutos siguientes, permanece inmóvil, escuchando. El corazón empezará a liberar emociones, recuerdos, deseos, temores y sueños allí acumulados durante mucho tiempo; entonces te descubrirás prestando atención.


Es posible que, casi al momento, recibas un destello de fuerte emoción, positiva o negativa, o un recuerdo olvidado. El ritmo respiratorio puede alterarse. Tal vez suspires o lances alguna exclamación ahogada. Deja que la experiencia transcurra. Si te adormeces o comienzas a soñar despierto, no te preocupes. Simplemente, devuelve tu atención al centro de del corazón. Te hable con miedo o tristeza, deleite o placer, su mensaje será igualmente beneficioso.


El objeto de esta meditación es prestar atención al corazón.


Al continuar con este ejercicio notarás que tres cosas se van uniendo de manera natural: meditación, purificación y atención. Estás aprendiendo a escuchar el significado espiritual de tu corazón: esto es meditación. Estás permitiendo que el material reprimido surja para ser eliminado: esto es purificación. Estás escuchando a tu corazón sin juzgarlo ni manipularlo: esto es atención.


Puesto que este proceso es como lavar una camisa para revelar su blancura, no te inquietes si aparecen fuertes emociones negativas y hasta molestias físicas. Ten en cuenta que esas emociones se están retirando; pídeles que lo hagan sin estorbos, cómodamente. Si surgen voces de temor, ira o duda, pídeles que se retiren con tanta facilidad como deseen.


(En el caso de que persista un dolor en el pecho, sobre todo si hay antecedentes cardíacos en la familia, deberías consultar a tu médico, por supuesto).