Maestro, he caminado la mitad de la senda de mi vida y aún no sé cual es mi don. ¿Será que carezco de talentos?, ¿será que nací sin gracia?.
Respondió el maestro:
-Nada de lo que ha nacido en este universo lo ha hecho en vano.
Sigue caminando y obsérvate con atención: cuando sientas que el tiempo se detiene mientras tu corazón se engrandece, habrás descubierto tu don precisamente en aquello que le estabas regalando en ese mismo instante, a alguien.
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Muy bello, ¿cuál es mi don? aquello que me apasiona desde el estado de presencia, cuando mi corazón late y no es con apego, desde el ser.
Me gusta este texto, sí señor.
Marta