Este escrito es para contar mi experiencia, aunque todo lo que está aqui habla de mis momentos, mis ritmos, mis alegrías y mis penas, ahora voy a contar en concreto un proceso.
Siempre he dicho que estudié psicología para entenderme, para ver qué ocurría en mi psique, desde pequeñita no entendía como todo el mundo estaba tan normal en este planeta y no se daba cuenta de la locura que nos habitaba. Y ahí empezó mi búsqueda, una de dos o me declaraba del todo inhábil para habitar este mundo o encontraba una razón que a mi hemisferio izquierdo le sonase factible, así que me embarqué en todo tipo de cursos, retiros y talleres, que me sirvieron para aprender mucho sobre como acompañarme y como acompañar, algunos toques mágicos que son sorprentes en terapia pero mi sensación era de un vacío final que siempre estaba presente. Igual que cuando terminé la carrera, y me pregunté y ¿esto es así?, y con esto la gente trabaja y hace terapia, y me dije, pobres… Luego, fuera de la carrera sí iba encontrando algunas respuestas, pero me parecían siempre muy rebuscadas, mucho esfuerzo y sobre todo que no era fluido… análisis, técnicas,… yo sentía que la cosa tenía que ser mucho más sencilla.
En fin todo este rollo es para introducir que hace unos meses se me presentó en mi puerta mi noche oscura del alma, así sin avisar… jeje, es mentira, sólo había que estar un poco dormida para no verla venir, pero yo, como que miraba a otro lado. Y me embarqué otra vez en búsquedas, todo tipo de técnicas y compañeros maravillosos que me aportaban su sabiduría en el proceso, unas personas me decían: estás en un agujero negro que atrapa, ten cuidado, ten cuidado de no caer en el victimismo, hay que salir del papel de sufridor, tienes que vibrar alto, todo pasa… tienes que,… (reconozco que los «tienes que» me enervan especialmente) y yo mosqueada con todo lo que «sabía» y nada, que aquello seguía sin orden ni concierto. Cómo en mis búsquedas había tenido mucho material acerca de la noche oscura del alma, había veces que tenía la lucidez suficiente para decirme, esto simplemente es pasarlo, dejar que te viva y acompañarte. Como digo muchas veces en consulta, para salir de las crisis hay que entrar en ellas y estar, y aunque eso lo sabía y lo practico, ya que he tenido algunas de ellas en mi vida, como ésta, ninguna. Tengo que reconocer que era de un auténtico desgarro, una sensación de separación tal que la idea de dormir y despertarme en 6 meses a veces era la única salida. Tenía claro tantas cosas y me veía en un proceso tan vivo, tan intenso que finalmente me rendí a él… No siempre, tengo que reconocerlo, pero sí estuve a mi lado cuando no encontraba paz, cuando lo único que encontraba en mi interior era pánico y me rendía en él, descansaba en el «no sé» y en esa oscuridad. Todo lo que probé me dejaba unas horas de tranquilidad y otra vez volvía esta sensación de desgarro del alma. Y en estos meses, menos «los tranquimazines», que eso sí que me negué y tuve la lucidez suficiente para decirme, si hay que pasarlo, pásalo, pero pásalo una vez, no disimules el proceso para que tengas que repetirlo dentro de 3 años, probé de todo, todo tipo de meditaciones trascendentales, mi atención plena de siempre cada vez que podía, homeopatía (bendita), aurasoma (maravillosa), flores de bach, iniciaciones de programación neurolínguística (interesante), Integración del ciclo vital (también interesante), todo tipo de lecturas de los cuerpos sutiles (bastante reveladores), rituales chamánicos (fascinantes), y demás que ahora no recuerdo, y ahora que siento que veo la luz al final del tunel, puedo resumir que el proceso se hace solito, lo único que hay que hacer es no interferir, dejar que se haga. Me empecé a encontrar bien cuando mi cuerpo concluyó que lo había llorado todo, es cierto que todo ayuda, el tener el cuerpo físico en condiciones ayuda, el tener el cuerpo mental en condiciones ayuda, y el ser consciente de las emociones ayuda. Siendo conscientes que estás pasando por un proceso, sin hacer lecturas dramáticas del futuro, ni catastróficas, de hecho yo diría no hacer lecturas, pero sé por experiencia que a veces es inevitable, estás cansada, parece que no termina nunca, y te tienes que levantar, meter tus tripas dentro y atender a tus hijos o a tu trabajo. Pero sé que el proceso se hace sólo, tenemos un organismo que tiende a organizarse solito, si lo dejamos, lo natural es estar sano, así que hay que dejar hacer al sabio y esa no es la mente, que es estupenda para muchas cosas, pero para sanar no y me di cuenta de lo erradas que están ciertas terapias, incluida la farmacológica por supuesto que lo que quiere es eliminar el síntoma rápido y seguir con la vida como si nada hubiese pasado, sin aprender, sin transmutar. Muchas terapias que quieren resultados fáciles y rápidos, de cambio, de modificación de pensamientos, de conducta… y funcionan, claro, pero no estamos aprendiendo en ese proceso, no evolucionamos, estamos parando el proceso evolutivo o forzándolo, como si supiéramos más que la misma naturaleza de la psique. Cada emoción es una puerta hacia nuestra sabiduría interna, sí apagamos ese testigo, no nos esuchamos, no morimos, no nos actualizamos, simplemente ponemos parches uno encima de otro. Y seguimos huyendo… Hoy me emociono de lo que he vivido estos últimos meses, siento que, independientemente de las almitas tan generosas que he tenido a mi alrededor que me han acompañado en este proceso, a las que les estoy eternamente agradecida, este proceso simplemente me vivió y de repente se acabó, y consigo se llevó lo que ya no me servía, mis corazas y puedo decir que, sin desmerecer a todas las terapias, el abrazar lo que surgía en cada momento en todas las fases del proceso y el permanecer siempre que podía en el dolor hasta que se mitigase, ha sido lo que ha hecho que esto sea mi noche oscura del alma, una transmutación y no un «trastorno emocional», no resistirme al proceso y dejar que la vida me viviese, da igual la furia que traía… y no es fácil,… lo sé, pero merece la pena…Gracias
Siempre he dicho que estudié psicología para entenderme, para ver qué ocurría en mi psique, desde pequeñita no entendía como todo el mundo estaba tan normal en este planeta y no se daba cuenta de la locura que nos habitaba. Y ahí empezó mi búsqueda, una de dos o me declaraba del todo inhábil para habitar este mundo o encontraba una razón que a mi hemisferio izquierdo le sonase factible, así que me embarqué en todo tipo de cursos, retiros y talleres, que me sirvieron para aprender mucho sobre como acompañarme y como acompañar, algunos toques mágicos que son sorprentes en terapia pero mi sensación era de un vacío final que siempre estaba presente. Igual que cuando terminé la carrera, y me pregunté y ¿esto es así?, y con esto la gente trabaja y hace terapia, y me dije, pobres… Luego, fuera de la carrera sí iba encontrando algunas respuestas, pero me parecían siempre muy rebuscadas, mucho esfuerzo y sobre todo que no era fluido… análisis, técnicas,… yo sentía que la cosa tenía que ser mucho más sencilla.
En fin todo este rollo es para introducir que hace unos meses se me presentó en mi puerta mi noche oscura del alma, así sin avisar… jeje, es mentira, sólo había que estar un poco dormida para no verla venir, pero yo, como que miraba a otro lado. Y me embarqué otra vez en búsquedas, todo tipo de técnicas y compañeros maravillosos que me aportaban su sabiduría en el proceso, unas personas me decían: estás en un agujero negro que atrapa, ten cuidado, ten cuidado de no caer en el victimismo, hay que salir del papel de sufridor, tienes que vibrar alto, todo pasa… tienes que,… (reconozco que los «tienes que» me enervan especialmente) y yo mosqueada con todo lo que «sabía» y nada, que aquello seguía sin orden ni concierto. Cómo en mis búsquedas había tenido mucho material acerca de la noche oscura del alma, había veces que tenía la lucidez suficiente para decirme, esto simplemente es pasarlo, dejar que te viva y acompañarte. Como digo muchas veces en consulta, para salir de las crisis hay que entrar en ellas y estar, y aunque eso lo sabía y lo practico, ya que he tenido algunas de ellas en mi vida, como ésta, ninguna. Tengo que reconocer que era de un auténtico desgarro, una sensación de separación tal que la idea de dormir y despertarme en 6 meses a veces era la única salida. Tenía claro tantas cosas y me veía en un proceso tan vivo, tan intenso que finalmente me rendí a él… No siempre, tengo que reconocerlo, pero sí estuve a mi lado cuando no encontraba paz, cuando lo único que encontraba en mi interior era pánico y me rendía en él, descansaba en el «no sé» y en esa oscuridad. Todo lo que probé me dejaba unas horas de tranquilidad y otra vez volvía esta sensación de desgarro del alma. Y en estos meses, menos «los tranquimazines», que eso sí que me negué y tuve la lucidez suficiente para decirme, si hay que pasarlo, pásalo, pero pásalo una vez, no disimules el proceso para que tengas que repetirlo dentro de 3 años, probé de todo, todo tipo de meditaciones trascendentales, mi atención plena de siempre cada vez que podía, homeopatía (bendita), aurasoma (maravillosa), flores de bach, iniciaciones de programación neurolínguística (interesante), Integración del ciclo vital (también interesante), todo tipo de lecturas de los cuerpos sutiles (bastante reveladores), rituales chamánicos (fascinantes), y demás que ahora no recuerdo, y ahora que siento que veo la luz al final del tunel, puedo resumir que el proceso se hace solito, lo único que hay que hacer es no interferir, dejar que se haga. Me empecé a encontrar bien cuando mi cuerpo concluyó que lo había llorado todo, es cierto que todo ayuda, el tener el cuerpo físico en condiciones ayuda, el tener el cuerpo mental en condiciones ayuda, y el ser consciente de las emociones ayuda. Siendo conscientes que estás pasando por un proceso, sin hacer lecturas dramáticas del futuro, ni catastróficas, de hecho yo diría no hacer lecturas, pero sé por experiencia que a veces es inevitable, estás cansada, parece que no termina nunca, y te tienes que levantar, meter tus tripas dentro y atender a tus hijos o a tu trabajo. Pero sé que el proceso se hace sólo, tenemos un organismo que tiende a organizarse solito, si lo dejamos, lo natural es estar sano, así que hay que dejar hacer al sabio y esa no es la mente, que es estupenda para muchas cosas, pero para sanar no y me di cuenta de lo erradas que están ciertas terapias, incluida la farmacológica por supuesto que lo que quiere es eliminar el síntoma rápido y seguir con la vida como si nada hubiese pasado, sin aprender, sin transmutar. Muchas terapias que quieren resultados fáciles y rápidos, de cambio, de modificación de pensamientos, de conducta… y funcionan, claro, pero no estamos aprendiendo en ese proceso, no evolucionamos, estamos parando el proceso evolutivo o forzándolo, como si supiéramos más que la misma naturaleza de la psique. Cada emoción es una puerta hacia nuestra sabiduría interna, sí apagamos ese testigo, no nos esuchamos, no morimos, no nos actualizamos, simplemente ponemos parches uno encima de otro. Y seguimos huyendo… Hoy me emociono de lo que he vivido estos últimos meses, siento que, independientemente de las almitas tan generosas que he tenido a mi alrededor que me han acompañado en este proceso, a las que les estoy eternamente agradecida, este proceso simplemente me vivió y de repente se acabó, y consigo se llevó lo que ya no me servía, mis corazas y puedo decir que, sin desmerecer a todas las terapias, el abrazar lo que surgía en cada momento en todas las fases del proceso y el permanecer siempre que podía en el dolor hasta que se mitigase, ha sido lo que ha hecho que esto sea mi noche oscura del alma, una transmutación y no un «trastorno emocional», no resistirme al proceso y dejar que la vida me viviese, da igual la furia que traía… y no es fácil,… lo sé, pero merece la pena…Gracias