LO QUE ES, ES
La realidad:
– No es lo que a mí me convendría que fuera.
– No es como debería ser.
– No es como me dijeron que iba a ser.
– No es como fue.
– No es como será mañana.
– La realidad de mi hacia fuera es como es
YO SOY QUIÉN SOY
Yo:
– No soy el que quisiera ser.
– No soy es que debería ser.
– No soy el que mis padres querían que yo fuese.
– Ni si quiera soy el que fui.
– Yo soy el que soy.
Yo soy
Y no,
Yo debería ser
El primero de estos pensamientos confiables, para mí, sería la idea de: lo que es, es. Aceptación que significa no resignación.
Sólo puedo iniciar mi camino desde mi punto de partida y esto es aceptar que las cosas son como son.
La segunda idea sería: Yo soy quien soy.
Mucha, no, muchísima de nuestra patología psicológica proviene de la negación de esa frase. La mayoría de nuestro sufrimiento empieza cuando intentamos ser quién no somos.
Y cuando no aceptamos lo que somos es difícil aceptar lo que es el otro, que es la tercera idea: Tú… eres quien eres.
El otro no está aquí para satisfacer mis necesidades, …el amigo para no sentirme sola, el amante para que me sienta amada, el hijo para sentirme grande, etc.
Aceptar eso es respetarte y no pedirte que cambies.
2. Otro pensamiento que me gusta es la idea de que nadie puede hacer todo lo que quiere pero cualquiera puede NO HACER NUNCA LO QUE NO QUIERE y de ahí saco: Nunca hacer lo que no quiero.
Al vivir según esta premisa pagaré un precio, nadie puede obligarme a hacer lo que no quiero hacer, si soy adulto, pero ¿cuál es el mayor precio que se puede pagar por no hacer lo que uno no quiere?. Seguramente el coste que tengo que pagar es la renuncia a la aprobación de algunos, algunos aplausos, etc. Ese sería el mayor coste. ¿Lo puedo asumir?