.jpg)
El mindfulness se centra en aprender a monitorear las continuas sensaciones y pensamientos más de cerca, tanto en la meditación como con ejercicios de yoga. Puede entenderse como atención y conciencia plena, como presencia atenta y reflexiva a lo que sucede en el momento actual. Pretende que la persona se centre en el momento presente de un modo activo, procurando no interferir ni valorar lo que se siente o se percibe en cada momento. Como procedimiento terapéutico busca, ante todo, que los aspectos emocionales y cualesquiera otros procesos de carácter no verbal, sean aceptados y vividos en su propia condición, sin ser evitados o intentar controlarlos. El control sobre sucesos incontrolables, sujetos a procesamiento automático, requiere de la mera experimentación y exposición natural con la menor interferencia posible.

Practicar mindfulness nos permitirá, entre otras cosas, llegar a aceptar las cosas como son, Kabat-Zinn (2007) nos aclara que “la aceptación no tiene nada que ver con la resignación. La aceptación de las cosas tal como son, muy al contrario, requiere una fortaleza y una motivación extraordinarias -especialmente en el caso de que no nos gusten- y una disposición a trabajar sabia y eficazmente como mejor podamos con las circunstancias en las que nos encontremos y con los recursos, tanto internos como externos, de que dispongamos para mitigar, curar, reorientar y cambiar las cosas que podamos cambiar”.
Si bien hay que tener en cuenta que “la meditación no debe ser considerada como un tratamiento psicológico o psicoterapia en sí” (Vallejo, 2007), aunque sí puede formar parte de un tratamiento psicológico contribuyendo a mejorar su efectividad.
PRÁCTICA DIARIA
– Respiración consciente

– Volver a casa
La campana, el teléfono y el carrillon del reloj, son todos sonidos maravillosos para ayudarte en la práctica. Cuando los escuchas puedes para lo que estés haciendo y al mismo tiempo, puedes para de hablar e incluso dejar de pensar. Simplemente vuelves a tu hogar, que es el momento presente. Disfrutar de tres respiraciones es el mejor modo de escuchar estos maravillosos sonidos. Puedes sonreír también, tu práctica no es tan solemne.
– Caminar
Cuando no te encuentras de pie, sentado o echado, estas yendo ¿Pero hacía dónde vas?. Ya has llegado. Con cada paso puedes llegar al momento presente, puedes caminar en la tierra pura o el reino de Dios. Cuando camines de un extremo de la habitación a otro edificio, sé consciente del contacto de tu pie con la tierra y sé consciente del contacto del aire que entra en tu cuerpo. Puede ser de utilidad descubrir cuántos pasos puedes dar con comodidad en cada inspiración y cuántos en cada expiración. Cuando inspiras puedes decir “dentro”, cuando expiras puedes decir “fuera”. Entonces estás practicando meditación caminando durante todo el día. Es una práctica que es posible en cada momento y de este modo tiene el poder de transformar nuestra vida cotidiana. Alguien que camina conscientemente es una campana de plena conciencia para cualquiera que lo vea.
– Practicar versos
Un modo de ayudarnos a morar en el momento presente es practicar la recitación de “ghatas” o versos de atención mental. Cuando practicamos de este modo, las “ghatas” y el resto de nuestra vida se unifican y vivimos nuestra vida en conciencia. Hay muchas “ghatas”, comienza aprendiendo uno o dos y, poco a poco, incorporando algunas mas:
Escuchar la campana:
Escucha, escucha
Ese maravilloso sonido
Me devuelve a mi verdadero ser.
Uniendo las palmas al encontrarnos con otro:
Un loto para ti
Un futuro buda.
Meditación caminando:
He llegado, estoy en casa
En el aquí y en el ahora
Me siento sólido, soy libre
Morando en la dimensión ultima.
– Comer en Plena Consciencia

– Meditación sentados

Thich Nhat Hanh