Una vez que aprendemos a seguir los impulsos internos de nuestro corazón en lugar de escuchar el parloteo incesante de la mente que trata de mantener el control de su dominio y que nos ha mantenido en cautiverio durante milenios, podemos observar que ese parloteo no tiene que ver con la realidad presente. En ese momento vemos los pensamientos que surgen y entendemos que vienen de experiencias del pasado, que ya se habían vivido y se habían ido.

Y con estas cositas, se acaba el 2012, espero para mí y para todo ser, que cada momento del 2013 sea vivido con plenitud y consciencia.
Soy consciente que soy un ser que está aqui y ahora.
¡Muchas felicidades!
y ¡gracias!