Todo tiene que ser más fácil

Todo tiene que ser más fácil, es una frase que me llevo repitiendo toda la vida, cuando de pequeña tenía crisis existenciales cada año y pedía ayuda y cuando más grande la buscaba yo. Buscando en libros, retiros, filosofía, terapeutas, gurús, facilitadores, guías, médiums, … No puede ser tan difícil, me repetía continuamente, cuando leía métodos para la serenidad, pasos, mandamientos,  etc., no puede ser tan difícil… 
Cuando empecé a acompañar a personas que confiaron en mí, me decía, si viene de la genealogía, tengo que saber constelar, si viene de otras vidas tengo que saber hacer regresiones, si es energético necesito técnicas energéticas, y así todo el rato. 
Constantemente se unía mi búsqueda personal con la profesional y seguía  pensando que no podía ser tan difícil. Esta mañana miraba mis libretas de tantos años y por todas partes veía pasos, cosas que había que hacer, hasta para encontrar la paz los métodos empezaban por estar en conflicto con el conflicto. Y seguía pensando que no podía ser tan difícil y aunque seguiré aprendiendo, a mis 44 años he llegado a una conclusión por fin, no es tan difícil, todo es más fácil. 
Llevamos milenios de supremacía del hemisferio izquierdo, que juzga, y ha sido maravilloso ya que, gracias a eso, cuestionamos el estar desnudos y nos abrigamos, e inventamos la bombilla y muchas cosas más fabulosas, pero en ese cuestionamiento nos hemos estancado y constantemente cuestionamos este instante para cambiarlo y ya no nos relacionamos con la experiencia, nos relacionamos con el juicio que hacemos de ella, y sé que esto no es nuevo, pero hoy lo he visto. 
La mente concreta que cuestiona tiene su utilidad fantástica, pero no sabe vivir, sólo cuestionar y sobrevivir, para vivir necesitamos la intuición y el instinto, para lo verdaderamente vital no nos sirve. Y milenios después hemos avanzado tecnológicamente y científicamente muchísimo pero no somos felices, no tenemos paz. 
El presente tiene las respuestas, tiene la energía para que surja la acción correcta, si me relaciono con lo que pienso acerca del presente no estaré reaccionando al presente, sino a mi pensamiento y mi pensamiento no abarca el campo de infinitas posibilidades porque la mente es limitada y está basada en hechos del pasado. Mi presente es este instante, lo que abarca mis sentidos, si constantemente estoy generando emociones acerca de mi historia, mañana tengo un examen, ayer me dejó mi novio, me maltrataron de pequeña, etc. no estoy dejando que esas heridas cicatricen de forma natural porque mi neocortex lo usa como combustible para mi idea del yo. Y necesitamos constelaciones, regresiones, pasos, métodos, para deshacer el nudo, pero no quiero seguir deshaciendo nudos. 
Está claro que la genética influye y la epigenética, y mi inconsciente personal, el colectivo y el familiar, pero, ¿porqué me afecta? Partiendo de la base de que si mi sistema inmune está fuerte no caeré enfermo a pesar de lo que mi genética diga, podría también usarse esa premisa para mi cuerpo emocional, si no enfermo mi cuerpo emocional con emociones no ecológicas, con emociones de lo que no esté sucediendo en el aquí y el ahora no me engancharé con energías del pasado o contratos o nudos transgeneracionales.  
Y a lo mejor me vienen en el aquí y el ahora emociones que no son mías pero si no las intento controlar como hago con mi entorno para cambiarlo o mejorarlo, si simplemente las siento permitiendo que se hagan experiencia manifiesta sin que mi neocortex las use para su idea del yo perfecto, esas emociones vendrán y se liberarán a través de mí y como todo es cuestión de frecuencia vibratoria, a la larga mi vibración no atraerá tan frecuentemente nudos vibratorios de frecuencia baja, pero sin rechazar lo negativo ya que otra vez estaría en conflicto y ya sabemos que el conflicto hacia el conflicto no trae paz. Me estoy liando un poco, creo, y partía de que todo tenía que ser más sencillo, así que resumiendo, hoy me he dado cuenta de que no necesito hacer 10 años de psicoanálisis, ni  todo mi árbol genealógico, ni saber todas mis vidas pasadas, ni millones de técnicas más que son maravillosas y certeras, pero si lo hago porque no quiero sentir lo que estoy sintiendo me estancaré en un mundo mental de conflicto constante y por cada nudo que deshago, hago 4 más. Este instante tiene todo lo necesario para darme información, lo que siento lo siento y es una emoción no pensada, sin conflicto, energía pura y si dejo que me viva sin resistirme será como el rayo, si me resisto me romperá pero puedo ser un canal para esa emoción y se disolverá cuando haya hecho lo que tenga que hacer. Es una simple emoción que puedo reconocer y acoger sin importarme de dónde e venga, de otra vida, de mi tatarabuela o del útero materno. Y la respuesta correcta surgirá pero no porque seamos buenos, perfectos o iluminados, sino porque dejamos que la verdad se viva a través de nosotros… La oscuridad se vuelve luz cuando la miras sin miedo….
Da igual lo que hagamos, el tema es desde donde lo hacemos, desde la paz o desde el conflicto…. Hoy me he dado cuenta de que llevo toda mi vida, en una búsqueda porque el presente no me convencía, termina siendo una distracción porque juzgo que lo que siento no es suficiente…. Si aprendo a estar en mí sin tener que distraerme no habrá nada que buscar, si no tengo miedo de lo que siento, no tendré problema en alejarme de esa relación tóxica porque no tengo miedo de lo que sentiré cuando me aleje, no llegaré al pánico porque no tendré ansiedad por tener ansiedad, etc. Ese instante me abrirá la eternidad, imposible sentirse sólo o vacío…
Creo que el problema de base de la salida del paraíso fue el juicio, y la causa de la neurosis que es el infierno mental. Por supuesto no soy, aún, tan osada para simplificar los males de la humanidad, tan sólo de mi falta de simplicidad en mi vida.
 Alá y eso, con esto me levanté un sábado cualquiera…