¿y si dejásemos de tratar a los niños como defectuosos a los que les tenemos que cambiar, añadir o quitar algo? ¿qué podría pasar?
¿y si dejamos de tratar a los demás como defectuosos a los que les tenemos que cambiar, añadir o quitar algo? ¿qué podría pasar?
¿y si dejásemos de tratar a la humanidad como defectuosa a la que le tenemos que cambiar, añadir o quitar algo? ¿qué podría pasar?
¿y si dejásemos de tratarnos a nosotros mismos como un algo defectuoso, al que tenemos que cambiar esto, mejorar eso, extirpar aquello…? ¿qué podría pasar?
ay ay, qué es lo que podría pasar…
Puede ser que las cosas fuesen tal y como están, tal y cómo son, o ¿tal y como las vemos?
Existe aquí el miedo a qué si no controlo la evolución ¿no se da la evolución? se paralizaría todo ¿si dejo hacer? confiar, soltar, fluir, esas cosillas que tanto le cuesta al hemisferio izquierdo.
¿qué le ocurriría a un niño si su madre confía en él y en su propio camino de aprendizaje, en sus aciertos y errores todo en un perfecto orden? ¿dejaría de crecer?
va a ser que no…
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con esta reflexión me levanté hoy domingo, qué cosas…