Lo soñado

Esta mañana el universo me regaló una pregunta: ¿quién te dice que eres el que sueña y no lo soñado? uy que vértigo me dió, y claro, como una ya va aprendiendo, sabe que aquello que cuesta aceptar ahí es dónde está la escuela, así que dejé que se tostase solito, porque otra cosa que he aprendido es que las cosas simplemente se hacen solas, no hay un yo que crece, que entiende, que evoluciona o milongas, simplemente es la conciencia misma viviéndose a sí misma a través de todas las cosas, así que me aparté y me puse a hacer las cosas que un animal racional hace por las mañanas y me iba entrando un yo qué se que se yo, que cada vez se iba haciendo más palpable y de repente me dije, siempre quiero cambiar las cosas, «la realidad» porque me hacen sentir de una manera u otra, sé que la realidad no existe como tal, y sentí que lo que sí era real era lo que yo sentía, toda mi vida, todo mi universo transcurre en lo que siento, ahí es donde se está dando la vida, lo de fuera es simplemente una entelequia para que yo pueda transistar por mis recodos y experimentar, ya no es la idea de que el otro es mi espejo o que yo cocreo lo que me ocurre, es que lo que ocurre no es «real», lo único «real» es lo que siento ante eso, me abandonan, muere alguien querido, eso no es «real», lo único «real» es lo que yo hago con eso, en realidad la frase cocreo mi «realidad» es eso, cocreo lo que hago con eso que parece ocurrir fuera de mí. 
Contra con lo que se levanta una un martes… 
Mañana a lo mejor cocreo que esto es una milonga, 😉